domingo, 7 de diciembre de 2008

Hoy no voy a llorar

Todo se acumula como en olla express, es increìble la capacidad humana para torturarse la mente de tal manera que realmente puedes llegar a lastimarte.
El ratòn que tengo en la cabeza, no me deja en paz, continuamente jode. Ese crítico personaje que se aloja en mí y que no reconozco o no quiero reconocer, me corroe la vida. Que si no me merezco esto, que si no me toman en cuenta, que si me quieren tomar el pelo, que si me vió mal. Que si... carajo, que me dan ganas de salir corriendo para despejarme la mente de pendejadas. En realidad no soy tan importante como creo serle. Los otros tienen sus propios ratones, los míos van solos y los de los otros también.
Los monjes sufíes se ponen un letrero por la espalda y por delante que señala su estado de animo ¡Estoy triste! PERO ESO NO TIENE NADA QUE VER CONTIGO.