miércoles, 2 de abril de 2008

La tristeza

El gran filósofo y sabio de la vida Cri-cri, escribió esa hermosa canción que desde muy niña fue una inspiración para mí y dice:

"Escondida por los rincones
temerosa que alguien la vea
platicaba con los ratones
la pobre muñeca fea.

Un bracito ya se le rompió
su carita está llena de hollín
y al sentirse olvidada lloró
lagrimitas de aserrín..."

Recuerdo aquel día terrible que siendo muy niña y habiendo visitas en casa, al pasar corriendo por la sala me atoré con el alambre de una lámpara, esta calló estrepitosamente haciendo un ruido espantoso seguido del grito de mi madre ¡Niña!. Desde luego no me quedé para continuar viendo las reacciones, sino que continué mi camino hasta no llegar a salvo a ese maravilloso refugio que de chica tantas veces me cobijó; el "closet", llamado así para distinguirlo del "armario", mueble que puedes mover a tu antojo en casa, mientras que el clóset forma parte de la misma casa, era como una recamarita dentro de la recámara. Ahí solía tener una enorme caja con todas mis muñecas. Fue justamente en esa enorme caja cobijada con todas mis compañeras de juego, las adorables muñecas, que me escondí a esperar que el torbellino pasara. Quería que me tragara la tierra, hundirme en el piso o transportarme por generación espontánea a otro lado. Comprenderán ahora por qué mi primera canción de "rompe venas" fue precisamente "La muñeca fea".

No pasaron muchos años para comprender que el rechazo lo confundía con abandono y que el abandono, era para mi una cuestión de vida o muerte. La muñeca fea, fue el anuncio irreductible de que dejaba la dulce ingenuidad de la infancia, en donde estás seguro que el mundo gira por tí, para entrar a las aguas pantanosas del crecimiento presuroso y doloroso de la adolescencia. Si estuviéramos en estos tiempos, probablemente hubiera sido una Emo en potencia, vamos, que los entiendo, te duele el crecer, te duele el mundo, te duelen los barros que comienzan a salir y hacen aún más feo tu aspecto (tal vez por eso usan esos flecos tan largos, para ocultarse en ellos) y terminan por acabar con la poca autoestima que tienes. Y me pregunto como puedes tener una autoestima más o menos aceptable, cuando el televisor constantemente te muestra que no cumples con los parámetros, ni siquiera en la medianía para decirte más o menos aceptable. En mis tiempos, las curvas en las mujeres eran necesarias y yo realmente parecía un espárrago en ciernes, hoy las curvas han dejado de dar estatus para convertirte en gorda desnuda, desnuda si, las tallas normales han desaparecido de todas las tiendas. ¿que suponen entonces que una adolescente "normal y robusta" pueda vestir? La historia no cambia mucho, ayer porque eras flaca, hoy porque eres gorda. La sociedad siempre exige de tí tanto, que acabas por sucumbir ante tus propias expectativas de lo que deberías ser.

En este mundo de exigencias ¿quien no se siente rechazado alguna vez? En condiciones normales el rechazo es algo que sucede "no somos moneditas de oro para caerle bien a todos" y desde luego es algo que no depende de nosotros y que no podemos cambiar. ¿Entonces porque los humanos nos esforzamos tanto en cumplir con las expectativas y peticiones de otros? Tal vez en ese mar de expectativas, perdemos nuestra íntima y propia aceptación de lo que somos, independientemente de lo que quieren los otros que seamos.

Sea como sea, el dolor se adueña de nosotros como punzada lacerante, cuando nos sentimos "rechazados", "abandonados", "inservibles", justamente como la muñeca fea, olvidada en un rincón. Es entonces cuando te invade esa infinita tristeza, esa tibia bruma que se aferra a tus huesos, ese dolor que no lo calma aspirina alguna, ese dolor que sabes que es del alma, donde quiera que esta se encuentre o precisamente porque no sabes y determinas que ahí debe de producirse el dolor, que como diría el poeta Hernández; "... tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele, hasta el aliento"

La tristeza es un sentimiento tan puramente humano, que cuando estás en ella, te das cuenta de tu finitud y tu vulnerabilidad, entonces te dejas consentir o te consientes tu mismo y curiosamente despierta en los otros y en uno mismo los sentimientos más nobles como el cuidado, la compasión, la empatía.

Todos, alguna vez, corrimos a las faldas de la abuela para sentirnos seguros de las amenazas del mundo. Todos, alguna vez, recurrimos a un refugio seguro cuando nos sentimos amenazados, tal vez sentirse amenazado no es tan malo después de todo, porque te remite a tu propio refugio, al ensimismamiento, al encontrarte contigo mismo, autoreconocerte. Me pregunto sino la tristeza sea necesaria para buscar ese refugio, para encontrarse con uno mismo, como el detonador de la amenaza. Me pregunto sino la tristeza te acerca a aceptarse uno mismo como es, a través de la compasión y la empatía. Me pregunto, carajo, ¿para que cornos me sirve esta tristeza que vengo arrastrando, día tras día?

Si piensan que lo dicho hasta ahora solo es un motivo para justificar mi tristeza y regodearme en mi propio dolor, pudiera ser y sin embargo rescato a la tristeza como un noble sentimiento y me niego a utilizar la distracción o la diversión para ahuyentarla, prefiero apropiarme de ella, empaparme en ella y saberme simplemente humana, necesitada, como todos, de aceptación y comprensión. Vamos, que "me gusta estar triste, ahogarme en el éxtasis del dolor, sentir como mi alma es atravesada por una infinita amargura y quedarme ahí, sola, a oscuras envuelta en llanto"

Ya lo decía Benito Pérez Galdós: "
No es impropio el llanto en las grandes almas, antes bien indica el consorcio fecundo de la delicadeza en sentimientos con la energía de carácter" Sigo pues en el llanto que por llorar no pierdo nada.


http://www.cri-cri.net/Canciones/lamunecafea.html

Aquí te dejo el link que te lleva a escuchar y leer la página de mi amado Cri-cri, si pulsas en el Mp3, dos veces puedes escucharla con su propia voz, si tienes quik time y ganas desde luego