sábado, 21 de junio de 2008

No durmió pero mató al gato

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Esta dragona necia, después de haberse fumado dos cajetillas de cigarrillos y de no haber dormido en toda la noche, logró su cometido; se enfrentó a los códigos, besó sapos, encontró a su príncipe azul, que desde luego es perfectible y hoy se recrea la pupila viendo como este monigote se mueve a pesar de haberse negado durante varias horas a hacerlo.
Y como todo tiene una moraleja ahí les va: el que persevera alcanza y el que alcanza se cansa.
Un cuento corto para tan larga noche.