martes, 26 de agosto de 2008

RENOVARSE O MORIR (Plutón y sus ecuases)


Como he estado organizando mi escritorio y si es posible mi vida, se me ocurrió también cambiar la plantilla del blog. Lo que más me entusiasma es poder ponerle el toque personal a algo que no tengo la menor idea de como se hace. No se pueden quejar, les he respetado su putos créditos.

Como ya era hora de escoger rumbo, dejé la brújula atrás y esperaba encontrar una plantilla más ordenada. Desde luego encontré miles, pero mi desorden interior me llevó de nuevo a esa banca vacía, que me lleva a mi recurrente sentimiento de abandono.

En su libro La Trascendencia del Ego, dice Sartre Cuando corro para alcanzar un tranvía, cuando miro la hora, cuando me absorbo en la contemplación de un retrato, no hay yo, hay conciencia de tranvía que debe ser alcanzado. Es decir que la unidad de la conciencia reside en el objeto hacia el cual se dirige la conciencia.

Los buditas dicen que el yo personal o ego no existe (con todos sus recuerdos, deseos, anhelos, ansiedades, apegos y proyectos) es un espejismo embriagador que nos ciega y nos distrae de la imperturbable realidad de la consciencia pura (o "naturaleza búdica")

David Hume coincidía; "Cuando me adentro en lo que denomino "yo", siempre tropiezo con una u otra percepción particular, de calor o de frío, de luz o de sombra, de amor o de odio, de dolor o de placer. Jamás logro permanecer, siquiera un instante, sin percepción, y jamás logro observar nada que no sea percepción.

Coño si en oriente y occidente se han puesto de acuerdo me pregunto ¿por qué cornos el norte y el sur no desaparecen y nos quedamos simplemente en una línea en el horizonte aplanada y chata? O es acaso mucho pedir.

Lo cierto es que como diría la Beauvoir;...la realidad es que el anciano, como todos los demás hombres, tiene una relación con la vida y con nada más. Mientras esta no me abandone..