domingo, 8 de febrero de 2009

Abandono social

No solo estoy furiosa, sino capaz de cortar cabezas y recurrir a la violencia ante la indiferencia social que guardamos frente a las personas que están en este mundo sin ningún recurso, excepto su enfermedad y abandono.
Los humanos que viven en situación de calle, son parte del sistema que producimos y somos tan ciegos a ellos que nos molesta un bache y preguntamos ¿donde están nuestros impuestos? Pero ciegos, ante nuestra realidad, no vemos que una Institución gubernamental que se supone vela por los derechos de los niños y atiende a los que están en abandono, sea realidad una especie de basurero municipal. Si fuera solamente un caso, levantaría mi voz ante sus murallas hasta que estas se cayeran a cachitos, pero me temo que es una enfermedad humana, una incapacidad para ver al otro, una enorme ceguera y sordera, ante las necesidades apremiantes de otros.
No creo que un gobierno sea capaz de resurgir, sin el intenso involucrarse, comenzando por indignarse con tal fuerza que alcance a destruir el universo entero.
Hay cosas que no tienen remedio.

domingo, 1 de febrero de 2009

Hoy fui a comprarme unas alas

Hoy salí de casa decidida a volar. Entré en el primer centro comercial que se puso en mi camino y pedí, alas nuevas para volar cuando me siento incomprendida, alas grandes para levantarme sobre mi soberbia y planear sobre mi fe, alas blancas para tolerar a las VSF, alas cafés para mantenerme en tierra y terminar mi diaria labor, alas en forma de corazón para confesarme emo sin vergüenza, empatizar con el mundo a pesar de mí y a pesar de él. Soy apóstata pero con alas y nadie me las puede quitar, tal vez el viento me haga una travesura y a veces las pierdo, pero cada noche sueño que el viento me devuelve mis alas y vuelvo a volar.