sábado, 30 de mayo de 2009

Nadine Gordimer

Pero nadie puede predecir de que forma se afianza la angustia.

NADINE GORDIMER.


Hoy llegué temprano a mi cita. Por no ponerme los lentes, confundí las 10:30, cuando en realidad debí de estar a las 11:30, mis ojos ya no me sirven como antes. Aunque, pensándolo bien, hoy solo no ven bien y antes miraban pero no veían. En fin, pasé, para hacer tiempo , a la librería y compré tres libros con lo que me hubiera podido comprar una revista, desde luego incluí en el carrito a Margerite Yourcenar, con Alexis y a dos ilustres desconocidos, para mí, desde luego. Alistair Macleod, cuyo horrendo nombre se compensa con un maravilloso título "Los pájaros traen el sol" y Wolfang Koeppen con "El Invernadero" y espero que este alemán no me aburra, del cual Hans Magnus Enzensberger dice que tiene una prosa delicada y de una flexibilidad extraordinaria, eso lo veremos. Los alemanes todo enredan, ¿será su idioma, su carácter?
La cita fastidiosa... aunque espero sacarle algo de provecho.

viernes, 8 de mayo de 2009

Doris Lessing

De mi biblioteca del "Baño", llamada así por la forma literal en que hago uso de las dos cosas, es decir de los libros y del baño, hoy acabo de salir bañada, en sudor y lágrimas, conmovida hasta los huesos, después de leer el cuento "Hambre" del libro de Cuentos Africanos de Doris Lessing.

A mis manos llegó el libro un día cualquiera y hoy juro que lo elegí por el precio. Hay una editorial que publica libros de "consagrados" a muy bajo precio. Dos libros cuestan lo que una revista de las que pululan en los restaurantes y tiendas departamentales, cuya utilidad y actualidad es mínima frente al bagaje de información que por los medios de comunicación se tiene hoy día.

Jabavu, es un aldeano africano, cuyo anhelo es irse a la ciudad, de ahí parte el "hambre", de su origen y de su ambición. Africa no está tan lejos como creía yo. En la medida que leía a esta extraordinaria narradora del interior de lo humano, me imaginaba a los miles de indígenas que en estas tierras mexicanas parten a a ciudad en busca de una oportunidad. Léase oportunidad, como el simple hecho de sobrevivir, de no morir de hambre y desesperación. En el estado de México, hay un pueblo terrozo que fundaron los desheredados huyendo del hambre y la miseria, hace muy poco tiempo se convirtió en municipio y ese triste valle llamado de Chalco, se hablan 45 de las sesenta y tantas lenguas que se hablan en todo México. Los une esa "hambre" de la que Lessing habla en su libro.

De Lessing, me sorprende su capacidad de descripción de las emociones de un ser humano y su enorme capacidad de comprender al otro, tan diferente de ella. Tal vez lo que sucede es que no seamos tan diferentes a pesar de diversidad de cultura. Tal vez, el temor ante lo diferente nos hace, como humanos que somos, discriminar al otro.

En la medida que me adentraba en la lectura me sorprendí terriblemente racista, humana, mediocre y sobre todo tan miope. Me identifiqué con los relatos en donde los ingleses temen a los nativos y no son capaces de ver que, las mismas pulsiones y ambiciones que los mueven a ellos como cultos ingleses, mueven el interior de aquellos que reconocen como diferentes y distantes. Tal vez, de algún modo soy como ellos y en lugar de miedo, solo pongo distancia con el pretexto de "no entenderlos porque ellos tienen otra visión de la vida". ¿Existe otra visión de la vida en el interior del ser humano? ¿Son otros sentimientos los que nos mueven? Lessing me hizo dudar seriamente de mis creencias al respecto. ¿A cual otra visión me refiero? ¿Que otra ley de vida puede hacernos tan diferentes a unos y otros? pero sobre todo ¿qué es en difinitiva o que nos hace tan parecidos?

domingo, 3 de mayo de 2009

Mi tranquilidad ante la influenza

Ahora que me he enterado de las aportaciones del Vaticano con las oraciones del Papa para las víctimas del nuevo virus que produce esta pandemia, puedo vivir tranquila. Joder, estaremos enfermos pero bendecido y por lo tanto redimidos de todo pecado.

Que la institución que ha clasificado los pecados en chiquitos y grandotes, en veniales y capitales, decida orar por nosotros los pecadores, da tranquilidad a mi vida. Lo que no entiendo es que pecadote tan grande hemos cometido los mexicanos para que además de tener un Secretario de Salud, retrasado mental, el mundo entero nos vea como el foco de contagio y nos separen como serpientes venenosas. ¿Será acaso porque el Secretario de Salud ha mostrado una total ignorancia con respecto a la situación que vivimos? y el pobre para sus males se llama José ANGEL, seguro el nombre le viene porque siempre estuvo en los cielos mientras que debiera estar en la escuela.

Aún recuerdo su cara de "ángel" cuando un periodista le preguntó si tenía a la mano las características socioeconómicas de quienes han adquirido la enfermedad y en todo caso su sequimiento. Desde luego el inocente no lo sabía, son simples ciudadanos que ni atención merecen, pero por eso salió al quite Santo Papa y ahora sí, el secretario Angel aunque aún no sepa ni donde estan los enfermos, estoy segura que todos les llegó la bendición papal y con eso me hacen los mandados los virus que pululan por aquí.

Solo me queda la duda ¿quien maldecirá a los bastardos que nos tratan como leprosos? Que los chinos, chinen a su chinona madre, al fin mi Angel guardian y encargado de la Salud en México, ni siquiera sabe quienes son los enfermos.