domingo, 21 de junio de 2009

Los hijos de Urano en Cáncer

Urano, tarda 84 años en dar la vuelta al sol y su paso por cada signo zodiacal se da en 7 años aproximadamente, por lo tanto toda una generación, nacimos con Urano en Cáncer.

Urano estuvo en Cáncer desde 1949 hasta 1956, dando como resultado una generación de personajes muy sensibles que buscó rápidamente la emancipación porque sentían que la casa no brindaba un lugar seguro de bienestar. Durante esos años se rompieron todas las reglas. Son las generaciones que irrumpieron en el '68 y las que pretendieron un cambio político inminente. Sensibles a su entorno pero apegados a vínculos, nos cuesta trabajo tomar decisiones. Urano asociado a la excentricidad y la sorpresa y Cáncer femenino, sensible, pasivo, receptor, fantasiosos, romántico, sociable pero se cobija en la intimidad de su hogar. Así fuimos, como Urano, empeñados en procrear hijos, en crear una visión, una imagen que siempre terminaba por no satisfacer nuestras expectativas.

El papel de Urano en la mitología no fue muy glorioso. Ouranus en griego y latinizado Urano, representaba el cielo y Gea o Gaia, la tierra. Urano era hijo y amante de Gea con quien en cada noche al yacer sobre la tierra procreaba un hijo, sin embargo a los ojos de Urano no eran suficientemente buenos y los retornaba al vientre de Gea, del mismo modo que hacemos todos con las partes de nosotros que no nos gustan. Gea, cansada de semejante disparate, pide a sus hijos terminar con el padre. Es Cronos (Saturno), que con su pulsión del deber pone fin a la virilidad del propio padre castrándolo con una hoz y arrojando sus órganos al mar. De las gotas de semen resurgen las Furias, pero el órgano viril se confunde con la espuma del mar, dando nacimiento a Afrodita o Venus, la que restableciera el equilibrio y reparaba la injusticia.

No es de extrañar que esta generación no haya logrado consolidar la irrupción, en un plano real. Somos los que deseamos y cuando lo tenemos enfrente, nos decepciona y queremos volver a nuestro espacio de seguridad, a la matriz que nos dio vida.

No, desde luego no creo en la determinación de los astros, pero es un pretexto maravilloso para desentrañar las incomprensibles acciones y reacciones humanas. Una forma de adentrarse en uno mismo para consolidar la máxima de "Conócete a tí mismo", inscrita en el frontispicio del Templo de Delfos, como una invitación a reconocerse mortal y no dios y que está presente en todas las culturas.

Tal vez no fuimos hechos para servir... contestando al transeúnte.

Pascal decía acertadamente: "¡Que quimera el hombre! ¡Que novedad, que monstruo, que caos, que contradicción, que prodigio! Juez de todas las cosas y gusano infecto, depositario de la verdad, cloaca de incertidumbre y error, gloria y deshecho del Universo."

No son los políticos una clase diferente, ni privilegiada, son simplemente humanos a la manera de Pascal.






1 comentario:

Sk dijo...

Que gran posteo mi Sama.