viernes, 8 de mayo de 2009

Doris Lessing

De mi biblioteca del "Baño", llamada así por la forma literal en que hago uso de las dos cosas, es decir de los libros y del baño, hoy acabo de salir bañada, en sudor y lágrimas, conmovida hasta los huesos, después de leer el cuento "Hambre" del libro de Cuentos Africanos de Doris Lessing.

A mis manos llegó el libro un día cualquiera y hoy juro que lo elegí por el precio. Hay una editorial que publica libros de "consagrados" a muy bajo precio. Dos libros cuestan lo que una revista de las que pululan en los restaurantes y tiendas departamentales, cuya utilidad y actualidad es mínima frente al bagaje de información que por los medios de comunicación se tiene hoy día.

Jabavu, es un aldeano africano, cuyo anhelo es irse a la ciudad, de ahí parte el "hambre", de su origen y de su ambición. Africa no está tan lejos como creía yo. En la medida que leía a esta extraordinaria narradora del interior de lo humano, me imaginaba a los miles de indígenas que en estas tierras mexicanas parten a a ciudad en busca de una oportunidad. Léase oportunidad, como el simple hecho de sobrevivir, de no morir de hambre y desesperación. En el estado de México, hay un pueblo terrozo que fundaron los desheredados huyendo del hambre y la miseria, hace muy poco tiempo se convirtió en municipio y ese triste valle llamado de Chalco, se hablan 45 de las sesenta y tantas lenguas que se hablan en todo México. Los une esa "hambre" de la que Lessing habla en su libro.

De Lessing, me sorprende su capacidad de descripción de las emociones de un ser humano y su enorme capacidad de comprender al otro, tan diferente de ella. Tal vez lo que sucede es que no seamos tan diferentes a pesar de diversidad de cultura. Tal vez, el temor ante lo diferente nos hace, como humanos que somos, discriminar al otro.

En la medida que me adentraba en la lectura me sorprendí terriblemente racista, humana, mediocre y sobre todo tan miope. Me identifiqué con los relatos en donde los ingleses temen a los nativos y no son capaces de ver que, las mismas pulsiones y ambiciones que los mueven a ellos como cultos ingleses, mueven el interior de aquellos que reconocen como diferentes y distantes. Tal vez, de algún modo soy como ellos y en lugar de miedo, solo pongo distancia con el pretexto de "no entenderlos porque ellos tienen otra visión de la vida". ¿Existe otra visión de la vida en el interior del ser humano? ¿Son otros sentimientos los que nos mueven? Lessing me hizo dudar seriamente de mis creencias al respecto. ¿A cual otra visión me refiero? ¿Que otra ley de vida puede hacernos tan diferentes a unos y otros? pero sobre todo ¿qué es en difinitiva o que nos hace tan parecidos?