sábado, 24 de abril de 2010

Me enamoré de los Dzul

Dzul, es un apellido maya, común en los pueblos yucatecos y causa de descriminación en la Blanca Mérida. Ser indígena es casi un sinónimo de pobreza, pero cuando esta constante se rompe y vez a Don Simón Dzul en un BMW y en una casa de dos y medio millones de pesos, causa extrañeza y hasta desconfianza, pero cuando sabes que vive desde hace tiempo en el mismo lugar y que sigue casado con su mujer desde hace 28 años, que los dos son de Seyé y que tienen tres hijos, y que el comenzó como albañil, la desconfianza se torna en curiosidad, pero cuando hablas con él terminas por admirar su visión, su coraje para continuar ante cualquier adversidad, su empeño para trabajar y la viveza para conseguir y mantener las oportunidades.
Buscando un rincon donde vivir, me encontré con este peculiar personaje que junto con su familia terminó por conquistar mi corazón.
He decidido arriesgarme y comenzar lo que tal vez será la última aventura de mi vida, hacerme una casa a mi gusto.  Que no esté en la ciudad pero no lejos de ella, que tenga seguridad, vigilancia y vecinos ni tan cerca ni tan lejos, que sea de un piso y que tenga techo de dos aguas y que parezca casita de muñecas y creo que la encontré.
Espero en un año haber dejado todo mi pasado en esta casa y comenzar en un nuevo lugar con un Aluxe diferente.

viernes, 2 de abril de 2010

La maldición merecida

Nueve días despúes de que Quetzalcoatl descendiera sobre la gran pirámide de Chiche Itzá para anunciar el arribo de la primavera, el gobierno del Estado de Yucatán entrega 220 millones de pesos a una de las familias ricas de Mérida, los Barbachano, dueños de varios hoteles en Mérida y en Uxmal, dicen que por la compra de Chichen Itzá, declarada Maravilla Mundial en el año 2007.
Los terrenos estaban en litigio durante varios años.   Lo reclamaban los campesinos mayas y los Barbachano.  Si vemos detenidamente la historia se equivocó, de pequeña me decían que los mexicanos eramos los dueños y herederos de grandes culturas, entre ellas, la maya.   Pues no, resulta que de casi todos los dueños de las gloriosas casas históricas en Mérida, como las casas gemelas, Chichen Itzá y Uxmal y algunas otras haciendas los verdaderos "dueños" eran los Barbachano.   Preocupación mínima ante mi bendita Constitución que según entiendo yo, la tierra, el subsuelo y las aguas pertenecen a los mexicanos todos y la podemos usufructuar mediante la compra venta, siempre y cuando no interfiera en los intereses  de la nación entendiendo como nación a los mexicanos, si este fuera el caso el Estado Mexicano podría expropiar para el usufructo colectivo.   Yo creía esto muy claro, pero resulta que este gobierno federal y el estatal, es decir entre priístas y panistas, nos han desheredado.  Me siento ahora con una identidad "comprada", la pirámide no era mexicana en realidad era de un señor, que nada tiene que ver conmigo, vamos ni con los mexicanos, se llama Hans Jurgen Thiens Barbachano, me jodí.  Jodidos todos, pero contentos de traer, a nuestra recién comprada pirámide, a un inglés.  Lo que son las cosas, los mayas trabajan para construir una pirámide que resulta ser de un alemán y se la compramos por muchos millones para que venga a cantar un inglés, ¿eso es globalización?  
Pues todo iba bien hasta que como maldición EL TINGLADO SE LES CAYÓ, jijijiji.
Presiento un maldición, una revancha, una resucitación de nuestros antepasados que se han levantado indignados ante tanta porquería, bueno, ese es mi pensamiento y con él, comienzo a soñar con hacer un guión de película sobre la maldición de Chichen Itzá, para que luego un "gringo", haga una película como la de "Momia" de las pirámides egipcias y se llene los bolsillos de dinero y cuando yo esté en una isla gozando de las regalías de la película llegue un Tzunami y muera ahogada, entre el llanto y el agua de mar, junto con un chingo de miserables, así son los finales en la vida real, los jodidos quedan más jodidos.   Pero que venga Elton Jones, total, si se cae el escenario encima de todos los de primera fila incluyendo al Hans Barbachano, la gobernadora, el que organizó todo esto etc., ese sería un buen final de película.