Hablo de Dios, como el ciego
que hablase de los colores,
e incurro en graves errores
cuando a definirlo llego.
De mi soberbia reniego,
porque tengo que aceptar
que no sabiendo mirar
es imposible entender.
¡Soy ciega y no puedo ver,
y quiero a dios abarcar...!
Texto muy adecuado para unos cuantos espirituales que me he encontrado y otros tantos astrólogos, pero sobre todo para decirme muy en secreto y al alma mía el oscuro secreto de la ausencia. ¡Soy ciega y no puedo ver...!
Regresemos a sus décimas
Oculto, ausente, baldío,
hermético, inalterable,
asfixiante, invulnerable,
absorbente, extraño y frío,
así te siento, Dios mío,
cuando sola y angustiada
me consumo alucinada
por lograr mi plenitud,
rompiendo esta esclavitud
a la que estoy condenada.
Esta es la Pita en plenitud física, objeto del deseo, pero a la que nunca en su época se le tomó en serio, como a todas las mujeres, era solo un hermoso adorno que además gustaba de hacer poemas, como si esto fuera un adorno y no la sublime necesidad que ella sentía.