viernes, 12 de julio de 2024




Elvira y las tormentas 

    Con esta pasión por la lectura que últimamente atormenta todo mi ser, encontré anunciado un círculo de lectura al que de inmediato me anoté.  Llegué a un espacio destinado a la geriatría y bueno yo ya soy toda una venerable anciana tal vez esto sea lo mío. Unos minutos de espera y de repente se sienta a mi lado una mujer menudita que para mi sorpresa comienza a hacerme una agradable conversación, raro en estas tierras de apariencias, así que de principio me agradó muchísimo.  A ese círculo fuimos las únicas dos mujeres interesadas en leer.  Se nos recomendó un libro, del cual ya hice reseña en la pasada publicación; "El Sabotaje Amoroso" de Amélie Northom.   En ese espacio conocimos un poco de cada una y caimos en cuenta de que había muchas cosas que nos unían, por ejemplo el amor a los niños y nuestra vinculación con el Partido del Trabajo, que las dos éramos foráneas, ella de Cuba y yo de México y que las dos teníamos ganas de hacer amigos, así que le propuse llevarla a su casa y durante el camino seguimos platicando.  Solo fueron dos sesiones de lectura, pero muchas más de pláticas en mi casa y luego en la suya.

Querida Elvira
      Siempre alegre a pesar de los pronósticos del tiempo,
comenzaron unas lluvias horrendas por las tardes después unos días verdaderamente infernales de calor, entonces nos alegramos, al fin la lluvia refrescaría el ambiente. Elvira me envió una fotografía de su mascota María Fernanda, una coneja negra muy hermosa, yo le envié una foto de Vetusta Morla, mi tortuga y después a su balcón llegó un pequeño pajarito que tuvo la delicadeza de enviarme con el encabezado de "mi amiga que todos los días me visita".


    Ella escribe libros para ayudar a estimular a los niños para un mejor aprendizaje.  Es una maestra extraordinaria y una muy buena pedagoga, así que ver esa pequeña avecita junto al balcón en donde seguramente ella escribe me causó mucha ternura.
    La acompañe al supermercado,  llena de vida buscaba las ofertas y se regocijaba con lo que había conseguido.  Pasé ratos inolvidables con ella y aunque las tormentas continuaron, nos parecía era lo normal hasta que apenas terminando Junio y ya nos acechaba el primer Huracán de la temporada que se veía venir muy bravo.  Se le denominó Beryl, a su paso arrasó con todo y se nos alertó que llegaría a Yucatán, así que tomáramos las precauciones del caso.   Todo mundo se guardó en su casa y con miedo esperamos al que nunca llegó.  Beryl pasar hizo pero desviado y sin ánimos de molestar a nadie.  Sabia la naturaleza sabrá ella el porqué de sus caprichos.
    Las tormentas pasaron, Beryl pasó y lo más memorable de este tiempo de calor y lluvia, es que me dejaron una bella amistad; ELVIRA.