
sábado, 25 de febrero de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
Venerable Anciana a mis sesentas
Lo cierto es que hay una etapa de vida en que nos enfrentamos con grandes cambios: ya no somos tan fuertes como solíamos ser, los padecimientos se convierten en un problema, los hijos se van de casa, las personas que amamos mueren, etc. Esto es así, ni bueno ni malo, ni mejor ni peor, es como es. No aceptarlo, nos hace más torpes, ansiosos y desesperados. Sin embargo, en cada cultura y época histórica la ancianidad se ha visto de diferente manera. En la época en que vivimos en donde el consumo nos rige, no somos importantes, porque solemos consumir menos. Los anuncios van dirigidos a los y las jóvenes exitoso/as, es decir que tengan capacidad de compra y entonces resulta que los viejos ya nos son tomados en cuenta, si nos dejamos llevar por esta visión, tendríamos que hacer hasta lo imposible por negar la edad y nunca pasar de los 59, edad límite y altamente conveniente. Así que ante esta circunstancia me quedan de dos sopas; reconozco mi vejez o me gasto mi legado en cirugías plásticas y cosméticos para encubrir las posibles evidencias de mis 60'as. Por si son peras o manzanas hoy fui a sacar mi credencial del INAPAM, eso me da derecho a pedir descuentos en varios lugares, lo cual es ganancia, lo indignante es ver:
1.- Oficinas raquíticas de tan cacareado Instituto
2.- Tienes que llevar tu "fotito"
3.- Máquinas de escribir del siguiente año en que me gradué de la secundaria
4.- Una "credencial" chafa de cartulina y que te cobran cinco pesos por enmicarla
5.- Enterarme que al infame Instituto, en Yucatán lo dirige un idiota con cara de animal de 31 años que se la pasa poniendo en el facebook lo mucho que ama a su recién adquirida mujer colombiana y lo curioso es que si vas al facebook de la colombiana mencionada, tiene más información sobre el INAPAM, de lo que menciona su marido. Digo yo ¿porque carajos hacen públicas sus miserias?, bien podría tener una hermosa página informativa del instituto que supuestamente dirige y poner su facebook privado y no hacer públicas sus intimidades.
Es el colmo que un Instituto del Estado, como el de Yucatán que tiene tanta deuda, no haya podido destinar unos miles de pesos (y estoy hablando de no más de 50 mil pesos) en una máquina como la que
tienen en esas tiendas de cobro y que te dan tu credencial en PVC, ahí mismo te sacan la foto y no tardan más que cinco minutos. El proceso de mi credencial en el INAPAM, me llevó más de cuarenta minutos, ¿puedes creerlo?
Donatelo, llego a la siguiente conclusión para no cansarte; ser viejo en México es una porquería, más vale que mejor nos vayamos a cenar y a dormir.
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