NIKA LA TORTUGUITA



No todos los días son buenos, pero empezar el día con un saludo, podría hacer una diferencia. Me he dado cuenta que hemos perdido esa sana costumbre de mirar a los demás, vamos como fantasmas y aunque vayas solo caminando y te encuentres con alguien que también va solo en lugar de decir "buenos días, tardes o noches" volteamos para otro lado como si no existiera.
Entiendo que en las grandes ciudades en las aglomeraciones de gente en el centro, sería poco menos que imposible decir "hola" o "buenas" a todo el que pasa junto a ti, pero esa tendencia de caminar de prisa y sin "ver" porque "voy a lo que voy", se ha extendido y actualmente tenemos un pretexto: "ya no te veo porque voy viendo mi celular, me encuentro ocupado en algo que tu no puedes ver, ni ser parte de ello". Antes se formaban murallas y castillos para defendernos del enemigo que estaba afuera muy lejos, hoy no necesitamos de eso porque el enemigo está muy cerca y no hay manera de detenerlo. ¿Será así? ¿Que todos nos vemos como potencialmente peligrosos?
Hay días en que lloro todo el día para lavar mis ojos de tanto horror y tanto desamor. Aunque sé que al final somos lo que somos y todo tiene un porqué y una razón de ser. Recordaba mis años de juventud llenos de ideales, dignidad, honor y lealtad. Sentí tanto la muerte de tantos seres amorosos y queridos, la lucha del 68 en México, los terribles años de dictadura en el Cono Sur, ser una estudiante "mexicana" en México a causa de tanta gente asilada en una facultad llena de "compañeros". Años y años de dulce agonía en donde la música armonizaba con nuestros sentimientos.
El tiempo pasa nos vamos poniendo viejos