Por qué releer a Chesterton
El hombre que fue Jueves (Una pesadilla)
Chesterton nace con los finales del siglo XIX y el siglo XX a cuestas, una época de mucha convulsión a raíz de la revolución industrial, los avances tecnológicos en la ciencia y en la medicina, la liberación de varias colonias y la Primera Guerra Mundial (1914) y permeaba el positivismo lógico y el materialismo filosófico. Todo ello, como en la época actual hacía pensar en continuas crisis del modo establecido y en ese caldo de cultivo nace el amoroso y amable Chesterton, con una gran figura, literal, en cuanto a tamaño 1.90 de estatura y un peso de 130 Kilogramos y como escritor, poeta, columnista, filósofo y un gran conversador para debatir con sarcasmo y humor. Por él, conocemos ese principio filosófico tan didáctico "La valla de Chesterton" que nos dice que nunca hay que destruir una valla sin antes conocer la razón por la cual está ahí puesta.
Chesterton se convirtió al catolisismo en un país mayoritariamente anglicano y dedicó muchos de sus escritos a dar las razones del por qué el catolisismo le pareció la mejor opción. Critico de la modernidad, desdeña la idea del superhombre y reiviendica el libre albedrío como frontera con el mal. Frente al racionalismo opone el sentido común, frente la fe ciega en la ciencia defiende la fe tradicional en Dios, frente a la crueldad de la sociedad industrial y técnica recupera esa idea social de la Edad Media donde todo el mundo ocupaba un lugar y propone una versión de la economía distributiva que supera el capitalismo y el socialismo. En la literatura Chesterton es capaz de mostrarnos grandes temas filosóficos con gracia y comprensible para todos, siempre con sarcasmo y humor, no desde el dogmatismo y sí desde la curiosidad.
Un gran ejemplo de las ideas profesadas por este autor es precisamente su libro "El hombre que fue Jueves", que aunque no lo establecen las ediciones en español, si están en las ediciones en ingles como un segundo nombre "Una pesadilla", esto se debe a que el libro está escrito de manera onírica, por ello muchas veces los pasajes parecen fuera de la realidad porque se trata de un sueño. Es un libro de género aparentemente policial, en cuanto combate un crimen o delito, sin embargo encontraremos en él las grandes contradicciones de los seres humanos y sobre todo la paradoja de que todos, en el fondo somos lo mismo y sin embargo defendemos aparentemente cosas diferentes cuando lo que se busca de maneras distintas es la mejoría de las condiciones humanas y nos olvidamos de lo natural. Es un libro en defensa de la naturaleza, el orden formado por Dios y del sufrimiento que acontece cuando no seguimos ese orden.
Ninguno de los personajes es en realidad un anarquista, han estado persiguiendo al perseguido. Al final cuando se dan cuenta deciden hacer una asamblea y atrapar el supuesto jefe que es Domingo y que resulta ser el juez (Dios) y el fiscal acusador es Gregory (el diablo) de ahí la alegoría de cómo, el acusador es causante de enemistarnos unos a otros. Cuando en realidad cada uno de los personajes representa cada día de la creación, nos está mostrando el verdadero sentido de las cosas, el verdadero lugar de las cosas. Cada cual defendían la verdad y no se lo podían decir entre ellos. Así en la vida muchas veces nos vemos como enemigos, cuando en realidad todos somos iguales y todo tenemos la verdad.
Chesterton es el maestro de la ironía y el sarcasmo, necesitamos volver al humor, el autor, en su libro Ortodoxia, nos dice que toda herejía es una verdad vuelta loca.
El libro es una crítica a esta rebelión al sistema, siendo parte del sistema. Cada uno de los anarquistas tienen una queja y por ello preguntan a Domingo si él ha sufrido alguna vez y Domingo responde ¿Podrías beber en la copa en que yo bebo? Muchas veces nos olvidamos que todos tenemos una causa y un sufrimiento y que no es el verdadero enemigo el que tenemos junto, sino el infierno que llevamos dentro.