martes, 9 de julio de 2024

El sabotaje amoroso   


Amélie Nothomb

El Sabotaje Amoroso




    La autora es un boom en Europa, tiene 58 años y desde 1966 ha escrito un libro por año, siempre publicado en el mes de agosto.  Sus libros tienen dos vertientes, los de ficción y los puramente autobiográficos, como el caso del Sabotaje Amoroso.  Desde su primer libro de ficción  "Higiene de un asesino", tuvo la aceptación del público y eso, dicho por ella misma, le permitió dedicarse, cien por ciento a escribir.

    El Sabotaje amoroso es  la segunda novela de Amélie Nothomb y primera de muchas otras autobiográficas.  Está basada en la experiencia de su estancia a los seis-siete años en China a donde su padre belga, fue enviado como embajador.  Ahí se instaló con sus padres y hermanos en un conjunto de edificios que ella llamó el Gueto y en donde confluían todos los embajadores y en cuyos patios jugaban niños de todas nacionalidades, con muy poca o nula interacción con los chinos.
   
    La familia llega a China después de haber estado en Japón, lo que hace que las condiciones en las que en ese momento se encuentra China, no sean las mejores y ella nos logra transmitir con mucha gracia su sorpresa.
    El mundo tal cual es desde la mirada de esa niña cuya fantasía se desborda y nos muestra lo crueles que podemos ser y lo absurdo de nuestros comportamientos bélicos.  Sobre el libro dijeron en el periódico el fígaro;

«Un cuento de brujas en lugar de un cuento de hadas. Ingenio, brutalidad, provocación, humor, palabras cortantes y fórmulas paradójicas: Amélie Nothomb escribe con el filo de un cuchillo. Con una furiosa pureza y una perversa inocencia» (Renaud Matignon, Le Figaro).

    Dentro del juego a la guerra de los niños en el barrio de San Li Tun, la autora descubre  la belleza y el  amor no correspondido.

    Indiscutiblemente es un libro lleno de un tierno sarcasmo, sin ánimo de ofensa, como un niño te diría la realidad que muchas veces es cruda y embellecemos con "piadosas mentiras" los adultos.  Bellas metáforas que te remiten a los espacios infantiles de juegos en donde la imaginación no tiene límites.  No es un libro para leerlo literalmente, es un libro para volar con él, poniendo los acentos en el juego.

    El libro me hizo pensar en la infancia actual, en donde no hay espacios conjuntos para interactuar con los vecinos.  El mundo hoy es peligroso y los niños tienen que estar encerrados viendo televisión o en sus dispositivos.  Las escuelas debieran de ser un recreo continuo, todo lo demás lo sabe Google, solo necesitamos un adulto con tal amplitud de criterio que les permita jugar libremente.

 





1 comentario:

Anónimo dijo...

El maestro tiene que reformarse y ser un ente motivador del conocimiento