viernes, 31 de octubre de 2008

La celebración del Equinoccio

Indudablemente es tiempo de celebrar y de convocar a la Bruja mayor, que aunque Asturias esté lejos, Asturias cabe en mi corazón. Es ahí justamente donde hoy me gustaría estar, en una noche fresca, muy cerca de un bosque, haciendo un círculo de amistad, anteponiendo la distancia, bailando con la luna y convocando a la abuela asturiana y a la abuela mexicana, aprendiendo de ellas y haciéndonos más viejas pero más sabias. Un año más y más cerca. Me la imagino con los pantalones negros de pitillo, con botines y cinturón ancho, ondeando el pelo rojo aún en caos. Yo desteñida pero ligera, preparando el ritual mientras como nueces, ella no puede, continúa su dieta y la crisis nos rodea y a pesar de ella o precisamente por ella, este año cosechamos más.
Hoy tomaremos la escoba, barreremos lo que no nos sirve y trepándonos en ella daremos vueltas para recibir un año más en el propósito, de que el siguiente año, vendrá el abrazo.