sábado, 24 de abril de 2010

Me enamoré de los Dzul

Dzul, es un apellido maya, común en los pueblos yucatecos y causa de descriminación en la Blanca Mérida. Ser indígena es casi un sinónimo de pobreza, pero cuando esta constante se rompe y vez a Don Simón Dzul en un BMW y en una casa de dos y medio millones de pesos, causa extrañeza y hasta desconfianza, pero cuando sabes que vive desde hace tiempo en el mismo lugar y que sigue casado con su mujer desde hace 28 años, que los dos son de Seyé y que tienen tres hijos, y que el comenzó como albañil, la desconfianza se torna en curiosidad, pero cuando hablas con él terminas por admirar su visión, su coraje para continuar ante cualquier adversidad, su empeño para trabajar y la viveza para conseguir y mantener las oportunidades.
Buscando un rincon donde vivir, me encontré con este peculiar personaje que junto con su familia terminó por conquistar mi corazón.
He decidido arriesgarme y comenzar lo que tal vez será la última aventura de mi vida, hacerme una casa a mi gusto.  Que no esté en la ciudad pero no lejos de ella, que tenga seguridad, vigilancia y vecinos ni tan cerca ni tan lejos, que sea de un piso y que tenga techo de dos aguas y que parezca casita de muñecas y creo que la encontré.
Espero en un año haber dejado todo mi pasado en esta casa y comenzar en un nuevo lugar con un Aluxe diferente.