lunes, 8 de junio de 2009

Los Guarda Niños

Un evento terrible como es la noticia del incendio y la muerte de niños en una "Guardería" subrogada del IMSS, me motiva a vomitar mi indignación a todo pulmón, por la irresponsabilidad y la desidia social que nos envuelve. Tantos intereses económicos inamovibles, son realmente inexcusables, desde mi punto de vista y vaya que soy laxa en el juicio de los demás como en el propio. Excuso y tolero cualquier cosa, excepto estos intereses económicos que nunca he entendido. Tal vez me acusarán de falta de ambición y lo acepto con honor.

En fin, no era por ahí hacia donde iba, sino a la palabreja "guardería" ¿se pueden "guardar" niños? ¿quién querría "guardar" a su hijo, como si fuera un bulto estorboso, como si fuera un equipaje que puedes dejar en un casillero de paga en algún anden, pare recogerlo después? Esa expresión debería de estar proscrita. Lo más triste de todo, es que no es una expresión que se quedó como costumbre, sino que se trata de una realidad. Las guarderías no deberían de ser eso, sino Centros Integrales de Educación Inicial (CENDI), en buen cristiano.

Desde hace años se ha comprobado que la maduréz neurológica y el aprovechamiento posterior, depende de la estimulación temprana que se haga. Un niño poco estimulado en sus sentidos y en su entorno, es un niño con un grave déficit de aprendizaje.

El llevar a un niño a edad temprana a un Centro de Educación Inicial, debería de ser una prioridad y no la única manera de sustituir a una madre que la ha reclamado el mercado.

¡Joder¡ con la necedad de los gobiernos de no tomar en serio una reforma educativa que abarque la educación inicial, como un serio proyecto de reformas indispensables para mejorar el nivel de vida en todos los sentidos.

Ojalá esta tragedia nos haga reflexionar y tomarnos en serio la exigencia de la revisión, de las llamadas "Guarderías", proscribir ese nombre y crear en serio CENDIs de calidad, que se ubiquen en cada colonia, reduciendo con ello el número exagerado de asistencia. 200 niños que albergaba la susodicha guardería incendiada, es un pecado mortal. Buscar mejorar las instalaciones y desde luego la revisión de un programa educativo, que tome en cuenta el desarrollo neurológico con personal altamente capacitado.

Ahora viene bien la consigna tantas veces dicha:
¡Putas al poder! ya que sus hijos no han podido con él.