sábado, 21 de junio de 2008

No durmió pero mató al gato

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Esta dragona necia, después de haberse fumado dos cajetillas de cigarrillos y de no haber dormido en toda la noche, logró su cometido; se enfrentó a los códigos, besó sapos, encontró a su príncipe azul, que desde luego es perfectible y hoy se recrea la pupila viendo como este monigote se mueve a pesar de haberse negado durante varias horas a hacerlo.
Y como todo tiene una moraleja ahí les va: el que persevera alcanza y el que alcanza se cansa.
Un cuento corto para tan larga noche.

1 comentario:

Sk dijo...

Jojojojo, es que mi Sama, bien es sabido por las mujeras de verdad, que encontrar el Principe Azul, es una tarea durísima. Tanto, que yo dudo mucho que merezca la pena. Es más divertido besar un sapo y quedarse a ver si se convierte en Prìncipe, y como casi ninguno lo logra, pues nada. A tirar al sapo a la charca y buscar otro. Eso sí que es divertido.

En fins... la página te ha quedado muy guapa. El banner está muy bien colocadito allí arriba y se ve todo muy bien organizado.

Mereció la pena el desvelo y el castigamiento pulmonar.

Chao.s